¨ Yo nunca le tuve fe al mar
y mira, parece que me escuchó¨
AL DIA SIGUIENTE
La primera vez que llegué a Vancouver me dí cuenta que mi obsesión por el mar se transformaría. De todas las veces que lo había visto desde diversos puntos de la geografía, al final terminaba respetando esa bravura y el sonido de las olas.
Pero en Vancouver es totalmente diferente, pues a pesar de que estamos rodeados de mar, este parece estar muerto, por eso escribí en el guión de SOMETIMES que: ¨los mapas deben tener un error, porque el mar muerto esta aqui en Vancouver y no en Israel¨.
La semana pasada concluimos el rodaje de un nuevo proyecto para Vancouver Film School, un cortometraje titulado STRAIGHT SHAVE, esta vez dejé las luces y me encargué de la producción. Todo este tiempo de aprendizaje comienza a exigir pruebas y esta fue una de ellas.
Regresé a filmar el mar, pero esta vez no era Boca del Rio en Veracruz, con Elena mirando el mar en un día soleado. Ahora era Locarno Beach. La imagen era maravillosa, un niño observaba a su padre que se alejaba hasta perderse en el mar, un instante, tan solo 18 segundos, que en la pantalla resumen tal vez la vida entera del protagonista.
La mejor parte fue volver a trabajar para quien hasta hoy ha sido mi amiga y compañera en la aventura canadiense, se llama Olivia, es de Suiza y aunque no se atreve, habla español. Con ella filmé el primer proyecto de la clase, mis ejercicos de dirección y ahora este, que resulta ser su primer cortometraje como Directora.
Encontrarse con un verdadero amigo resulta como hallar algo en esta arena que ven, yo la encontré y creo que tenemos mucho tiempo por vivir.