miércoles, 7 de julio de 2010

ESTAS GANAS DE CREER

Cancún, Quintana Roo. Mayo, 2010

un pequeño paso para el hombre

El veintiuno de julio de mil novecientos sesenta y nueve, cuando la hora universal marcaba las dos cincuenta y seis de la mañana, el astronauta Neil Amstrong pisaba por primera vez la luna. El mundo entero miraba por la televisión y la emoción de haber llegado a ese punto del cielo a donde todo ser humano habrá volteado su mirada alguna vez, se conviritó en un sentimiento universal.

La extraordinaria misión de la nave Apolo II había sido un exito, aun con esta prueba que parece irrefutable, los seres humanos siguen creyendo que la luna es de queso, y hay otros que afirman que un conejo vive en su interior, también hay quien dice que a los locos su mente los abandonó para viajar hasta allí.

Tiempo después, hubo quien afirmó que el hombre nunca llegó a la luna y que todo fue una invención filmada en un estudio de cine, verdad que pocos queremos creer, porque a final de cuentas, como bien decía Francisco de Quevedo en su poema: ¨El mentir de las estrellas, es muy seguro mentir,  porque nadie ha de ir, a preguntárselo a ellas¨.

Creer o no creer ha sido una duda que ha habitado siempre en nuestros pensamientos, hemos creído y nos han engañado, también hemos engañado y nos han creído, creemos porque queremos, porque el no hacerlo sería una inmensa tristeza que destruiría todo lo que ha conformado nuestro mundo, creemos en nuestras religiones, en los cuentos que nos leyeron de niños, creemos en futuros inciertos, en promesas que hacen y nos hacen, creemos en las películas, en los libros que leemos, creemos que los otros creen, creemos que nos quieren o peor aún, que nos van a querer.

A pesar de todo lo malo que nos ha sucedido a los crédulos (decepciones políticas, amorosas, desilusiones, engaños, tristezas) seguiremos defendiendo y ejerciendo nuestro derecho a ejercer estas ganas de creer.

Alejandro Ramírez

P.D. En el D.F. a diferencia de Chihuahua, está lloviendo como nunca, y a pesar de todas las tragedias que desafortunadamente ha provocado, quiero creer que llover es un extraordinario acto de magia.