sábado, 30 de septiembre de 2006

III FESTIVAL DE CINE BAJA CALIFORNIA premió a LA MORAL EN TURNO

FOTO: www.protagonistas.net

"Por favor, trata de dibujar sin calcar, un mapa de México. ¿Dónde colocaste el lápiz por primera vez? Ese punto es justamente TIJUANA."
Revista Aeromexico / Septiembre 2006.

Una ciudad al límite de este país, la frontera entre lo nuestro y lo de ellos, entre mi casa y la de los demás, el límite de lo que llamamos México y que se cruza rezando a San Isidro y San Diego para seguir siendo mexicanos más allá del más acá. La ciudad se llama Tijuana, por aquello del rancho de la Tia Juana, la ciudad de las bajas californias, la del norte y la del sur, una península bañada por las aguas frias y que en estos días se iluminó con las películas del III Festival de Cine de Baja California ( http://www.bajacaliforniafilmfest.org )

Cuando llegué a Tijuana hice una pregunta: ¿Se sienten mexicanos? Me respondieron: ¡Y mucho! En esta ciudad que es una mezcla de todo México, escuchas hablar el español con todos los acentos, su comida es como la de la casa de todos y su gente dice que ahi es Donde comienza la patria.

En la ceremonia de clausura del III Festival de Cine de Baja California LA MORAL EN TURNO recibió la nominación como mejor cortometraje en video y resultó ganador del premio a esta categoría. Al recibirlo comenté que cada corto es como un hijo, algunos te salen feos, pero tú los quieres igual. Asi sucedió con esta historia a la que pocos le sonríen, porque es como esas personas que van por la vida diciendo verdades, desafortunadamente a pocos les caen bien. Pero Tijuana le sonrío a mi historia y no solo eso, también la premió, espero que continue llegando a muchas más personas, que lo miren y se miren, que sonrian y reflexionen, total, el cine no es más que una mirada a la vida de los otros y en ocasiones un espejo en donde por desgracia nos vemos reflejados.

Para todos los que participaron en la creación de esta historia quiero decirles GRACIAS. Actores, extras, equipo de producción, equipo técnico, a la Universidad Cuauhtemoc que confió, apostó e invirtió en nuestro proyecto. Y sobre todo a mi familia, que además de hacerme feliz, me inspiró a contar esta historia. Gracias a mi tia Grace (Engracia o Ignacia), a mi prima la quedada que ya se casó el mes pasado a sus cuarenta y tantos, a mi prima la güera que todo lo tiene controlado (según ella), a mi Tio Francisco y mi tía Lucia, a mis primos los de las greñotas y las barbas, los gay y los machitos, a los que todavia piensan en casarse, para las maravillosas comidas familiares, por lo que hicieron de nosotros, lo bueno y lo malo. Sea como sea, los quiero igual.

Alejandro Ramírez

miércoles, 6 de septiembre de 2006

La historia de TODA UNA VIDA

FOTO: Zony Maya / Cortometraje Toda un vida

¡Nada se parece tanto al infierno como un matrimonio feliz!
Diatriba de amor contra un hombre sentado.
Gabriel García Márquez.


Ayer volvió a pasar lo mismo, llega como a las cuatro de la madrugada, todo besuqueado por sus viejas, oliendo alcohol. Y todavía se atreve a decirme ¿Y ora que traes?. No, si ha de querer que lo reciba con flores, como si una fuera tonta o ciega para no darse cuenta de donde viene. Pero esta vez fue diferente. Cuando se me acercó, que saco la pistola de su cajón y que le reviento la cabeza de un plomazo. Si, ya sé. Ya sé que siempre sueño feo, pero esta vez no me medí. Mira que matarlo. Lo peor es cuando me levanto y lo veo ahí dormidito, sin deberla ni temerla. Si Nacho es incapaz de cometer una burrada, en cuarenta y ocho años que llevamos de casados nunca me ha dado una molestia, es buen marido, muy buen padre, es amoroso, muy trabajador. El hombre que todas quisieran. Y yo soñando que le reviento la cabeza de un plomazo. A veces me pregunto ¿Esos sueños algún significado deben tener? Y yo solita me respondo, si que estoy loca. A veces quisiera que me hiciera algo. No sé, que me engañara con otra mujer, que no llegara a dormir, que agarrara el vicio, que me resultara maricón. Yo ya no quiero que llegue la noche, porque de noche volveré a soñar lo mismo. Se me hace que me voy a ir a caminar por ahí, recorreré el malecón, lo encontraré en una calle vieja y me subiré a su coche viejo, nos tomaremos un café y llegaremos al mar para que él lea sus noticias y yo susurre esa canción que cantaba Chavela Vargas …toda una vida, la estaría contigo. No me importa en que forma, ni como, ni cuando, pero junto a ti. Toda una vida… Pero la noche tiene que llegar, como llegaron los amaneceres y como llegaron estas ganas de sentir algo distinto. Seguramente me voy a quedar en la terraza fumándome un cigarro, esperando que se quede dormido él o me quede dormida yo, y volveré a soñar lo mismo, que llega y abre la puerta mientras yo rezo sentada en mi mecedora, me mirará y lo voy a ver, nomás para decirle ¿Otra vez Nacho? ¿Pues que crees que soy tonta o qué?. Este no es un hotel de paso, es mi casa. Y tampoco soy ninguna de esas mujerzuelas con las que te revuelcas, soy tu esposa. A lo mejor y él, medio de pie, medio en el suelo, se tratará de quedar quietecito para decirme su tan mentado ¿Y ora que traes?. Pero yo me le acercaré y le diré: Nada, solo que mientras tu te diviertes con tus amigotes y con tus pirujas, yo me la paso encerrada en esta casa, esperando a que hora regresas. Y volveré a ir por la pistola a su cajón y se la pondré en la mano, ahora que la use él y no yo, estoy harta de ser la mala de mis sueños. Toma, que sirva de algo esta cochinada que se ha pasado encerrada toda una vida en un cajón. Ándale. O te matas tú o te mato yo. Nacho, en buena onda,¿Por qué siempre tengo que ser yo la de la iniciativa? Por una vez en tu vida haz algo, caramba. Sabes una cosa, yo creo que todo esto te lo estoy contando por puro coraje, porque me asusta el muerto, pero bien que me agarro de él. Claro que ayer fue diferente, porque yo no volví a soñar, ni siquiera me pude quedar dormida, me la pase toda la noche llorando quedito y pa dentro, para no despertarlo, pero se despertó, sudando, nervioso, de un tirón nomás, y yo me hice la dormida, casi, casi la muerta, pero bien clarito que lo oí decir lo que dijo, porque sabes, a Nacho siempre le ha dado por decir lo que piensa y lo que pensó anoche se lo dijo a si mismo, mientras me miraba tirada en la cama, así nomás, sin deberla, ni temerla. ¡Ay Nacho, que cabrón estás, siempre soñando feo, pero mira que matarla!

Alejandro Ramírez.