FOTO: Nuria Lagarde
Hoy desperte nuevamente y miré por la ventana, pensé que afortunado era por haber hecho las dos cosas que un ser humano no debería olvidar hacer antes de morir: volar y mirar el mar.
Desde mi habitación de hotel se veía el mar de Veracruz, había llegado hasta ahi una noche antes para terminar la edición de mi película, también estaba ahi para despedirme de los amigos. Desperté y era 20 de febrero, era mi cumpleaños, habia volado, miraba el mar, pero no quería morirme aún.
Este día me encantaría hacer una lista de todo lo bueno que he tenido estos años, pero sería inmensa, debo reconocer la generosidad con la que he transitado por el mundo. Solo puedo decirles que me siento feliz y esa es una sensación que pocas veces sabemos reconocer, estoy vivo y estoy filmando, mi cabeza sigue despierta, mi corazón late y mis ojos aunque mal, miran.
Alejandro Ramírez.