jueves, 23 de octubre de 2008

OLIVIA Y EL MAR


¨ Yo nunca le tuve fe al mar
y mira, parece que me escuchó¨
AL DIA SIGUIENTE

La primera vez que llegué a Vancouver me dí cuenta que mi obsesión por el mar se transformaría. De todas las veces que lo había visto desde diversos puntos de la geografía, al final terminaba respetando esa bravura y el sonido de las olas.

Pero en Vancouver es totalmente diferente, pues a pesar de que estamos rodeados de mar, este parece estar muerto, por eso escribí en el guión de SOMETIMES que: ¨los mapas deben tener un error, porque el mar muerto esta aqui en Vancouver y no en Israel¨.

La semana pasada concluimos el rodaje de un nuevo proyecto para Vancouver Film School, un cortometraje titulado STRAIGHT SHAVE, esta vez dejé las luces y me encargué de la producción. Todo este tiempo de aprendizaje comienza a exigir pruebas y esta fue una de ellas.

Regresé a filmar el mar, pero esta vez no era Boca del Rio en Veracruz, con Elena mirando el mar en un día soleado. Ahora era Locarno Beach. La imagen era maravillosa, un niño observaba a su padre que se alejaba hasta perderse en el mar, un instante, tan solo 18 segundos, que en la pantalla resumen tal vez la vida entera del protagonista.

La mejor parte fue volver a trabajar para quien hasta hoy ha sido mi amiga y compañera en la aventura canadiense, se llama Olivia, es de Suiza y aunque no se atreve, habla español. Con ella filmé el primer proyecto de la clase, mis ejercicos de dirección y ahora este, que resulta ser su primer cortometraje como Directora.

Encontrarse con un verdadero amigo resulta como hallar algo en esta arena que ven, yo la encontré y creo que tenemos mucho tiempo por vivir.

3 comentarios:

  1. El mar siempre ha sanado mis heridas... bien por que se siente acompañado...nuevas viviencias.. nuevos exitos...

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  2. Pues mira, he superado la idea de que mi comentario se perderá enla inmensidad de la vida virtual y he aquí lo que tengo que decirte:
    Anoche, estaba tendida sobre mi cama, pasando de canal en canal, sin esperar nada de esa tarde o de cualquiera otra en mi vida. Y me detuve para alcanzar a ver un fragmento de entrevista, de un joven que hablaba sobre cómo fue que ingreso al mundo del cine y contaba la anécdota sobre Patricia Reyes Espíndola y esa frase de bienvenida que recuerda perfectamente bien. Me quedé atrapada, viendo más.

    Y para mi fortuna, transmitieron un corto de este joven que me pareció tan auténtico y vivaz: "Toda una vida". No te cuento de la carcajada que solté al final y del sentimiento encontrado cuando mastiqué bien el asunto, y que me provocó un conato de llanto... fue algo tan deliciosamente agrículce, tan refrescante para una persona que ha estado tanto tiempo en sequía como yo, que no me queda más que agradecer tu ingenio y habilidad para mover así, mis emociones humanas.

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  3. Te prometo regalarte no solo esta sensacion. Muchas gracias por tu comentario, estando lejos de las cosas que uno quiere, a veces dan ganas de volver. Por cierto, tu comentario no se pierde, ha llegado hasta aqui y va de regreso. Un abrazo. Alejandro Ramirez.

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